viernes, 17 de junio de 2011

Cuentos de cipotas (ii)

Puesiesque yo estaba sentada bien chiquitilla en una piedra enfrente de la casa de mi mamá y me habían mal amarrado el daiper y entonces yo chillaba y chillaba porque me ardían las nalgas pero mi mamá no me quitaba de la piedra porque llevaba rato un señor tomándome una foto y la foto nunca que le salía y mi mamá me callaba y me decía que no llorara y de ahí ya dejé de chillar y me puse seria y por fin al señor le dio la foto y salió bien bonita y mi mamá la puso en la sala de la casa pero yo pasé cinco días miando con un gran maldeorín y mi mamá me regañaba por chuca y yo le decía y yo qué culpa si la culpa es de la piedra que estaba hirviendo de caliente y siacabuche.

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