sábado, 18 de junio de 2011

¡Cuánto libro hermoso!

¿Ves? ¿Ves este libro hermoso que traigo? Lo he traído para que veás lo hermoso que es y lo hermosa que es mi mente. Mirá cuánta ilustración interesante. Mirá cuánto grafito invertido en este papel. Mirá que hermosa esta portada y mirá que hermoooooooooooooooooooooooooooso grosor. ¡Tan grueso este libro, que vengo cargando desde mi casa, a pesar de que no tengo que traerlo, a esta gloriosa mañana de junio! Permitime, me voy a tomar mi café, sin mi café no puedo, no puedo leer. ¿Ves este libro tan hermoso que estoy leyendo? Lo encontré en mi casa, ay, en mi casa vieja, en la casa en la que viven mi papá y mi mamá. Esa casa está llena de libros hermosos como estos. Siempre los ando cargando en mi mochila. El peso de los libros es tan hermoso. Es como andar el cielo a espaldas. El cielo adonde van los autores después de morir. ¡Un lugar tan hermoso! Nubes hechas de libros, libros hechos de nubes, Dios les está leyendo a todos un cuento bonito antes de dormir. Y cuando se duermen, adiviná. Adiviná con qué sueñan. Sueñan con libros hermosos. En sus sueños se aparecen libros como este, como este libro que tengo en las manos, que abro y hay tanta página, tanta página se aparece en sus sueños y los enternece, los arrulla y cuando despiertan, ¿qué los despierta? El olor de un libro hermoso entregado en su cuarto privado celestial. ¡Desnudos, lo primero que hacen, es leer su libro nuevo, su libro hermoso! Te digo, el paraíso es este libro. ¿No te parezco interesante? ¿No te parezco una persona sumamente interesante? Tengo un libro interesante en mis manos, entonces yo soy interesante. ¿Ya viste? ¿Ya viste qué sencillo es? Que si ya viste te pregunté. Que si ya viste. Es tan interesante ser hermoso. ¡Es tan hermoso este libro!

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