Cómo no verte, bandido, cómo no verte si adorable te ves. Bonito cuando te bañás, sí, cuando venís aquí con esos pantalocitos apretados y juntás las manos para rezar en la iglesia y cuando te hincás yo veo tus nalgas y sí: son lindas, bandido, tus nalgas. Me pongo la mantita sobre el pelo (que se me cae, bicho, no sabés) y digo que si rezo profundo, en voz baja y con talento de pía, me van a dar algo y me van a salvar por verte. Ojalá todavía se vendiera la salvación bicho, yo la comprara cada vez que peco cuando te veo. Sos como mi hijo, te he visto todos los días pasar por la cuadra mientras yo echo agua a las aceras y vos me decís "qué rico huele niña qué rico huele la tierra cuando sale al aire y le deja a uno el olorcito en la nariz" y te he visto subir las cuestas hasta el colegio y vas todo ordenadito, regresás todo sucio con la rodilla dolida y yo te doy una curita y me decís "gracias niña fue el Lito que me tiró al suelo jugando balonmano" y yo te pregunto que qué es ese deporte que suena tan raro y a vos te gusta saltar por la calle con una pelota que te doy (caen tantas pelotas en mi patio bicho de bichos que juegan en la cuadra y yo las colecciono y nunca las devuelvo y tengo un cuarto lleno de pelotas) y corrés andando por ahí y me enseñás el balonmano y las reglas y yo no aparto las miradas de tus nalgas y!
Ave María!
Sagrado Corazón, nalgas divinas, papa y papá,
que salven a esta ánima que aprieta el escapulario con los dedos
que no sabe qué hacer
con el clítoris erecto por el niño de la cuadra
que hoy me enseñó a jugar balonmano
Te he visto rezar, bicho, y te ves bien bonito rezando. Recemos juntos, que nos perdonen todo, luego te ato las manos a los pies y te ocupo de mecedora o de silla de mimbre o de posavasos para mi café y chuponeo los salpores y el marquesote en tu boca, en tu lengua mojada, en tu pelo húmedo con olor a tierra, con olor a colegio, con olor a hostia o incienso o mirra.
Ave María!
Ahí viene de nuevo el bicho, bajando la cuadra
Y yo mejor cierro la puerta, me voy al cuarto de las pelotas, las saco para el patio y hago un partido de balonmano imaginario y beso
la tierra
que tocaron
tus pies.
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