miércoles, 2 de noviembre de 2011

Jardines amplios (la novela que nunca voy a terminar)

Estoy preparando las macetas. Estoy comprando el abono. Estoy dejando el sol caer y la lluvia mojar el suelo. Estoy escogiendo los colores. Estoy buscando los arboles de frutas y semillas. Estoy sembrando las semillas.

Estoy hablando con las pequeñas plantas todos los días. Les hablo con voz suave y cariñosa. A las plantas hay que hablarles como se le habla a un amante en la madrugada.

Estoy repartiéndoles vitaminas y consejos. Estoy armonizando las petunias con las rosas. Estoy creando espacios completos cubiertos por centavos y garbanzos.

Estoy esperando que el pasto se tupa y que la palmeras crezcan por metros.

Estoy buscando la mejor posición para las bancas y las fuentes, las mesas y los pequeños grifos de los que brotará agua de los pozos, del fondo de la tierra, de muy debajo de estos jardines.

He pasado años trabajando para comprar estas tierras. Peleé con vecinos y soborné a trabajadores del gobierno. Destrocé casas y caminos. Necesitaba un espacio amplio. Necesitaba un espacio amplio para que caminara tranquila.

Estoy vigilando el trabajo de cuarenta jardineros y cincuenta señoras encargadas de transportar cualquier cosa que necesite transporte. A todos los he vestido con ropa blanca que les hace más fácil el golpe del sol. Yo visto una guayabera que mandé a repetir 700 veces para nunca tener que lavar. Unos pantalones cómodos para poder andar con tranquilidad.

Regularmente se me acerca la gente para preguntarme que estoy haciendo. De vez en cuando incluso ella me acompaña y me dice que para qué tanto escándalo.
Los niños me señalan a través de los muros de loroco y se ríen.

Nadie cree que voy a terminar.

Los jardines tardarán mucho en estar listos. Yo veo este proyecto y lo siento pequeño. Quisiera hacerlo aun mas grande.

Este espacio se me hace muy angosto. A este lado falta cola de ardilla y maguey. Por allá, en la parte norte, necesitamos naranjos extra para la sombra del mediodía.

La abrazo cuando viene conmigo. Le digo que faltan muchos años. Pero mi mamá cuando esté flaca va a tener jardines amplios.

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