martes, 24 de mayo de 2011

La gente es tan fea

Y todos:
'qué bonita te ves ahí'
La gente es tan fea, somos una raza imperfecta, gorda, con venas saltadas y pelos de esponja reseca. O sos mascón de cocina o sos café acumulado en taza, semen de candela reciclado para hacer marcos de fotos, o rosas secas, o un par de labios plásticos, o el sol golpeando un sillón que pierde la piel. Somos el calcetín sucio, los zapatos rotos, las sillas con restos de sudor y orín o el polvo en el suelo. La gente es tan fea, tan hereje, tan cara de bautizo con agua limpia del Río Sucio. Así, como el trigo en marco o los parlantes que son dildo, o las libretas en blanco o los espejos mal limpiados. Tan fea, tan horrible, tan como este párrafo o los otros párrafos que escribo, como una revista con las páginas pegadas o el olor a semen y sexo en el cuarto o la lavandería acumulada o el queso en el sartén

o el olor a mantequilla en el microondas

o como más allá del arrepentimiento

o como la leche de soya que se hizo tofu, así, de repente, como vos te hacés feo con el tiempo, por estar guardado, por creer que andás de bonito, por creer que sonreír te hace menos terrible, menos como San Salvador visto con lentes de contacto y con sueño.

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