lunes, 18 de abril de 2011

Sueños en grada, escaleras, mundos aparte

Sueño 1
Estoy en el gimnasio, no se que estoy haciendo. Creo que estoy terminando o a punto de terminar y es hora de salir. Lo chistoso es que este gimnasio se parece mucho a otro gimnasio en otro sueño que tuve, unas semanas atrás. Me visto para irme y en los vestidores está una amiga. Ahí veo que el vestidor del gimnasio es más o menos una fábrica de pan y mi amiga lleva una bolsa y yo también. De repente, veo que ella se distrae y deja su celular en una silla. Yo no tengo celular, digo. Lo voy a agarrar y me lo voy a robar. El celular es un celular bien gordo que parece Blackberry pero no es y tiene pantalla a colores y cuerpo rosado. Se lo agarro y lo meto en mi bolsa de pan -que también tiene mi toalla sucia de gimnasio- y me voy corriendo. Ni me despido de ella. Camino hacia mi casa y llego. En el camino, el teléfono comenzó a sonar pero yo lo apagué antes de que alguien notara que el teléfono lo tenía yo. Hay un especie de funeral pero rápidamente me doy cuenta de que no es eso: mi mamá y mi abuelita están en una sesión espiritista y las dos se retuercen en lo que parecen ser ataúdes sin paredes. Al ver al espiritista -o psíquico, o estafador- retorcerse también y hablando en lenguas y prediciendo el futuro, yo salgo corriendo. Una señora me ve a la cara y me dice:

-No corra con tanto miedo, que las chimas salen más si uno tiene miedo.

Salgo corriendo por la sala de mi casa de pueblo y ahí, detrás de un sofá, se levanta un fantasma horrible, blanco y espeluznante, que me grita y me saca de este sueño. Es una chima. No se por qué le dicen así, pero así se llaman.

Me despierto y estoy en mi cama. Pero creo que estoy enfermo porque una amiga está a la par mía cuidando a su bebé. La bebé tiembla de miedo por el grito que yo acabo de gritar al despertarme. Le cuento a mi amiga el sueño que tuve y ella me dice que es hora de irme. Me voy y entro a una discoteca, a un bar gay. Pero entro y todo lo que veo es un baño. Estoy volando y veo desde arriba a un amigo que se acaba de cagar en las paredes del baño. Eso me pasó una vez a mí, recuerdo, cuando estaba chiquito; tuve diarrea explosiva y el pupú llegó hasta las paredes y el techo del baño de mi colegio. Le ayudo a mi amigo a limpiarse y yo le tengo que decir a alguien lo que ha pasado pero al final él le echa la culpa a una mujer asiática que también va saliendo del baño, quien lo putea con palabras en su idioma -que es un idioma inventado pues yo no se ningún idioma asiático-. Otro amigo (que vive en Guatemala), nos ve con vergüenza y no nos saluda. Yo me quiero lavar las manos y finalmente alguien me da jabones, chiquitos y bonitos, para lavarme las manos. Son como piedras. El agua es fría. Siento olor a pupú.

Sueño 2
Voy a Canal 12 y queda cerca del edificio YSU en la Avenida Manuel Enrique Araujo. Es el mismo edificio del canal 12, 4 y 18. Para entrar es un gran pasillo. Caminamos por la calle como si fuera una ciudad de verdad. No se qué quiero grabar y en la entrada está un vigilante con pasamontañas. No le decimos qué queremos porque no nos pregunta y antes de poder hacerlo me despierto. Me siento tan confundido por estos sueños que decido comenzar a escribirlos.

Esta descripción de los sueños la bosquejé luego de despertarme a las 4:00 a.m. Me di cuenta en ese momento de que era necesario registrarlos. También tuve otras imágenes en la noche que no puedo asignar a historias completas, pero que sí se me han quedado grabadas: caminar por Antigua Guatemala y Antigua Guatemala parece una ciudad gótica o medieval como Praga o Budapest; estar en un restaurante del centro y recibir a un montón de amigos y verlos a todos más gordos; recibir la llamada de una amiga que salgamos para Guate a un concierto (de no me acuerdo quién) y que vaya a mi casa a buscar mis cosas. No las encuentro. Por alguna razón quiero ir en short a Guatemala. Pero ella me dice que no, que busque pantalón. Yo no encuentro pantalón. No encuentro ni mis llaves.

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