viernes, 15 de abril de 2011

Judas

Discoteca, oscuro. Te veo: las luces. Sos alto, grande. Tus brazos, manos. Veo y la cerveza. Suprema y la música. Te veo y te abrazo. Te saludo. Hola, cómo estás. Cómo consiento mis miradas en tu cara y en tu pecho. Cómo ataranto mis piernas con tus palabras. Cómo se me mueve el cuerpo con la música. Cerveza en la mano. Discoteca, oscuro. Las cosas se van moviendo conmigo y hay un bartender que me coquetea. Las manos, completas, las manos completas se mueven hacia los lados. Hace tanto calor. La M de McDonald's. La gente que me conoce. La música suena a burbujas. Cuántas cosas han cambiado desde que me conocen. Tan lejos de lo que estaba, de lo que era. Ahí, en esta ciudad. Aquí, en ese lugar. Esta es la mente de alguien pervertido que imagina pecados en público. Esta es la mente de alguien que tolera la homosexualidad y la promueve. Esta es la mente de alguien que imagina falos y orificios gigantes, tan grandes como para un puño, tan grandes como tu cabeza entera. Huele tan rico ahí adentro. Huele a próstata y a semen viejo, reseco. Salir y bailar. Salir y bailar en cavernas cavernosas. Discoteca, oscuro. Alguien, por favor, baile conmigo.

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