sábado, 16 de abril de 2011

Mesas de piscina

Si una cosa odio, son las mesas en piscinas. ¿A quién se le ocurrió? ¿Ese pedazo de concreto en el agua, con sillitas alrededor? ¿Cómo se sienta uno en el agua? ¿Y uno no flota pues? No entiendo. De verdad que no entiendo. Vean las mesas en piscinas: ¿Tienen algún sentido? No, no lo tienen. Declaro las mesas en piscina la cosa más ridícula del mundo: más ridícula que las ventanas hacia paredes, más ridículas que las motos con sidecar, más ridículas que los pasteles de quince años o las bodas en salones gigantes.

Sí, las mesas en piscina son más ridículas que todo eso. Representan al demonio y el demonio tiene sillas alrededor en las que no te podés sentar. El demonio es una mesa de concreto que sabe a cloro y en la que ponés asquerosos vasos de plástico.

Mesas en piscina. Que cosa más ridícula.

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