martes, 27 de septiembre de 2011

'The way that we dream is the way that we live: alone.'

Cómo quisiera ser tu boca o tu mente y que yo fuera tu canción, ves, flotando al aire al oído de los que te escuchan. Abrazarte las encías o los dientes y dividirme en partículas u ondas sonoras y flotar, flotar en el Teatro Griego o en el Shoreline o en el Roseland o en Tyrone's. Ser parte, también, del sudor que cae debajo tu camisa, que se vuelve más delgada o del sudor que moja tus calcetines, que moja los vellos de tu pecho o las pequeñas comisuras de tu lengua, las que tocan la cerveza y la empujan hacia el estómago adonde yo, desnudo, me baño en tus jugos gástricos. Nada me quema, todo me protege: tu voz resuena en la cavidad de tu tórax y abrazo tus pulmones, los alvéolos, me enredo en tus cejas y cuelgo de ellas hasta caer, plano, en el escenario.

Cómo me gustaría ser parte de vos o hundirme en tu pelvis, asexual o cromosoma. Por un rato parece ser posible, por un rato con tus canciones...que se van acumulando, melodías incesantes, coros y estrofas, medios puentes y finales, y los insoportables, largos eternos silencios en los que de nuevo estoy fuera, en los que floto en el aire sin siquiera poder alcanzar a ver tu cuerpo en la distancia.

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