sábado, 3 de septiembre de 2011

Cartas a Monsieur Célibataire (viii)

Cher Monsieur,
Un día de estos preparaba una ensalada y la condimenté con una buena cantidad de pimienta. Para que se distribuyera por todos los ingredientes la tomé con mi mano y luego la repartí. Luego, almorzando frente a mi computadora (porque soy triste y patético), recordé que no había revisado mi sitio porno favorito en mucho tiempo. Entré y había muchos videos nuevos. Sin hambre y excitado, comencé a masturbarme. Poco sabía que la pimienta que tenía en la mano se me iba a meter por todo el cuerpo a través de mi uretra. Comencé a sentir una picazón escandalosa y mi pene estaba caliente. Pensé por un momento que se trataba de alguna enfermedad de transmisión sexual que comenzaba a manifestarse pero luego recordé la pimienta. Lo lavé con mucha agua y eso solo exacerbaba el problema. Lo abrazaba con mis dos manos y eso lo hacía sentir más caliente. Finalmente me acosté en mi cama y lo cubrí con mi almohada y grité por diez minutos hasta que se me pasó. No se qué hacer, Cher Monsieur, por favor ayuda.
Con amor,
Chiquito pero Picoso

Cher Picoso,
Me suena que usted tiene un problema grave. Muy grave. Uno: almuerza solo frente a su computadora. No sea patético y busque amigos. Dos: se masturba después de comer. ¿Eso le ayuda a la digestión? ¿O quizás le altera los intestinos debido a la presión de la próstata y testículos y le causa diarrea explosiva? Había oído muchas historias patéticas sobre masturbación pero la suya es una de las peores. La próxima vez lávese las manos antes de hacerlo y después. Hágase ese favor, téngase compasión, porque siento decirle que por lo que logro identificar de su personalidad, usted es una persona que morirá sola, de un ataque de corazón por masturbación excesiva entre sábanas malolientes a semen y saliva. Arregle su vida. Usted puede hacerlo. Tome el asunto en sus manos (o mejor no).
A bientôt,
Monsieur Célibataire

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deje su opinión aquí, sea buena o mala, pues.