Profeso mi elección a viva voz y le digo al de la urna: sí, voté por él. Nos vamos a la playa de pic-nic con chorizo y galleta Diana y nos abrazamos entre las piedras y yo te digo:
-Todo esto me suena a Desde aquí a la Eternidad, pero con tinte izquierdoso
Y entonces nos anuncian por la radio que se están contando los votos y vos sonreís con la placa dorada y yo te beso con olor a Pilsener y somos felices, electoralmente hablando.
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