Hablemos de estar solos, vos, confesémonos que así queremos estar.
Vos te tirás un pedo y yo me pongo a llorar.
Hablemos también de las cartas, del pecado; del pecado capital y del capital que nos queda para invertir en el negocito que montamos juntos. Viene la señora, nos pide fiados, nosotros, como buenas personas de Szechuan, se lo damos y Bertolt (tan guapísimo él, verdad, en la portada y en la contraportada) nos escribe un buen voice over que nos describa lindos, guapos sin pensar, con abracadabra como vocabulario y vocalización de vaca lechera, y mú y muá, dame un beso cariño ya es tarde: y en el aceite las pupusas saltan con el queso que se les sale y el frijol en tu diente y me da risa y quiero llorar.
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