domingo, 2 de junio de 2013

Paremos el carro a la par del bicentenario, me voy a recostar en tus piernas y vos hablá por teléfono. Vamos a oír que pasan los que corren pero no les vamos a hacer caso. Las flores están en el suelo. Los del CAM pasan a la par y tocan la ventana. No pasa nada, señor agente, ella está hablando por teléfono y yo estoy acostado en sus piernas. Ya es muy tarde para erecciones y no hay lugar adonde resolverlas, así que solo oímos música y nos quedamos aquí unos cuarenta y cinco minutos. Casi va a ser hora de irte a dejar pero prefiero estar aquí, en las piernas, con la radio encendida, tu conversación con tu amiga: sí, es guapo, sí, me gusta, sí, tiene 22 años y ya maneja, tiene pick-up, tiene brazos grandes y tostados por el sol, sí, es moreno como yo y sí, ya estuvimos juntos, me llevó a un hotel bien chivo, con hache y no con eme y después nos fuimos a comer unos tacos y se sonrío cuando le dije que todavía me temblaban las piernas y que todavía sentía que estaba acostada y lo que escuchaba era el sonido de la otra habitación y que la próxima vez solo dejemos el carro parqueado a la par del bicentenario y yo voy a contarle esto a una amiga y vos vas a cantar una canción de la radio y vamos a escuchar a los corredores y los del CAM van a pasar y no pasa nada, señor agente, solo estamos hablando por teléfono él solo está en mis piernas y cuarenta y cinco minutos y casi es hora de irme y prefiero estar aquí hablando y a la par del parque con la gente, con los carros, con callados.

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