miércoles, 20 de julio de 2011

Me parezco a vos

Tengo una foto en la que me parezco a vos. A veces me veo en el espejo por accidente y reconozco tu mirada en mis ojos. Quisiera ser igual a vos y hablar conmigo. Nos parecemos tanto. Quisiera que mi cuerpo fuera idéntico al tuyo, o algo así. Me parezco tanto a vos que a veces me da miedo. Lo único que no se parece, a veces, es cómo pienso. Adentro. Pero el resto, el resto es tan parecido. A veces me detienen en la calle para decirme cómo estoy. No se dan cuenta de que no soy vos, que soy yo. A veces mi hermana se despierta en las mañanas y al verme, borroso, desayunando, me dice tu nombre y yo tengo que hablar para que se entere. Me parezco tanto a vos que tus hijos me dicen papá y me tocan la mano y me tocan la cara y me dan besos en la mejilla. Siento tan bonito cuando me dicen papá. Me parezco tanto a vos que a veces a tu esposa le cuesta distinguirnos. Mi amor, me dice. Cuánto te quiero. Hace tanto tiempo que nadie me dice que me quiere. Me dan ganas de sustituirte, reemplazarte. Cambiar de lugar y tener tu dinero, tu casa, tu esposa, tus hijos, tus camas, tus edredones, tus carros. Moverme por la ciudad y que me digan tu nombre y que me saluden por la calle y decirles, sí, soy yo. Estoy seguro de que nadie se daría cuenta. Todo seguiría igual que siempre. Pero con uno menos. Con uno menos de nosotros.

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