domingo, 10 de julio de 2011

Gardening at Night

Cuando me muera, enterrame en el jardín. Pedí el permiso en la alcaldía y cavá vos el hoyo con la pala que te compré con ese propósito en mente. Yo voy a marcar el espacio y el lugar. Juntos vamos a encargar la lápida y pasemos un buen rato pensando en lo que va a decir. Las letras van a ser cursivas, elegantes. A la par de la fecha de mi muerte una cruz y a la par de mi fecha de nacimiento una estrella. Cuando me terminés de cubrir en tierra esperá un par de meses a que crezca la grama. Se va ir cubriendo poco a poco como mi barba se va cubriendo de vellos con los días. Tocá mi barba. Recordá ese sentimiento. Cuando esté muerto pasá las manos sobre la grama e imaginá que es mi cara. Pronto, mi espacio será verde. Sembrá en él hortalizas. Sembrá en el algo que crezca grande y extienda sus raíces hacia adentro. Que se vayan torciendo como bejucos subterráneos y lleguen hasta mis huesos. En mi cráneo se van a enredar las raíces y los tomates van a tener el color de mis ojos, el sabor de mis pies. Recogé los frutos de noche cuando los árboles hacen sombras extrañas y que no te de miedo la sombra de mis manos que toca tu espalda. Regá también de noche, e imaginá que cuando una gota cae sobre las hojas, viaja hasta mí, hasta mi pelvis, hasta los huesos de los dedos que escriben esto mientras vos llorás borracha. Siempre hemos sido una pareja muy extraña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deje su opinión aquí, sea buena o mala, pues.