Si no te aparecés antes de las ocho como me dijiste, voy a pretender que te inventé; que sos figmento de la imaginación. Que te imaginé a partir de retratos de mi abuela y te dibujé y te hice carne y pelo con la fuerza del aire. Si no te aparecés, voy a pretender que nadie usó esos vestidos que duermen en el armario; que el sudor que quedó en las toallas del baño
es humedad
de mis testículos.
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