domingo, 19 de octubre de 2014

Sarajevo, 5:00 a.m., calles vacías, buses calentando y tu mente:
quizás no debía haber comido esos dos panes horneados y el niño me decía sos guapo, sos raro, sos pequeño y sos chistoso, borracho, la cerveza y los panes en la boca, la catedral, el barrio de los otomanes, el barrio antiguo, que ahí me cortó el pelo: una señora que veía las telenovelas mexicanas subtituladas en bosnio y sonrió conmigo me dejó salir; luego un café fuerte, sin azúcar; luego caminar hasta el cementerio y no tener ni idea, esta ciudad, como la mía: la guerra, la gente, el archiduque, los turistas, el bus calentando, son las 5:00 a.m. y faltan solo unos días para que acabe este año y vos seguís caminando, sediento, hambriento, resaca, madrugada, Sarajevo, bondad divina, bendición 2013, jamás vas a volver.

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