Yo que antes no podía cocinar espárragos, te digo, pero ahora sí. Los pongo a cocer y me los como, los hice yo: en revuelto o con pollo o con nueces o con más espárragos o con papas. Me pongo y me los se cocinar, ya no los tengo que comer en lata: los míos son crujientes, sí, no me quedan mojados ni acuosos ni a punto de deshacerse: me gusta el cronch.
Yo que antes no sabía de espárragos, ves, pero ahora se de eso, de tu pelo y de tu nariz; conozco de los tallos y de falos.
Gracias por enseñarme a cocinar.
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