lunes, 8 de agosto de 2011

Bebé del polvo

He construido este bebé del polvo que recogí de la habitación de cocina. En él partículas de árboles y tierra del parque de enfrente. En él la bonita costumbre de nacer. Sobreviven parásitos y bacterias que sonríen. Dale de comer galletas, avena o pan. Zanahorias al mediodía y frijoles para la cena. Un poco de papel periódico mojado en café y teclas de una máquina de escribir, horneadas a 180 en un horno de gas. Nombralo como vos querrás, al final, es tuyo. Lo único que yo he hecho ha sido crearlo, darle forma, ojalá te dure muchos años y en él y en sus palabras encontrés las conversaciones que nunca tuvimos.

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