domingo, 16 de octubre de 2016

Whatsapp, Regia, Nescafé

No hay que creer las historias que le cuenta a uno todo el mundo. Comenzó cuando me contó que habían secuestrado a su papá y le habían masticado los huevos enteros, se los habían freído en una cocina de gas y se los habían dado de comer mezclados con jamón, aceite de girasol y pan de ayer. Me lo dijo llorando, borracha y la abracé a la par de la tienda. Nos dijeron que no habían más cervezas pero yo vi la caja atrás, en la bodega y le dije mire allá veo que dice Regia y me dijo no mire esa es Maseca que hemos metido ahí para que no se arruine. Nos fuimos a la casa entonces, yo con vómito en la garganta y ella con el llanto de rana y el ladrido de un chucho en el estómago.

Cuando amaneció yo me fijé que se había levantado y oí cuando orinaba en el baño. Oí que cerró la puerta y se fue y me levanté por la ventana y la vi caminando por el pasaje y vi que saludaba al vigilante que se tomaba un Nescafé. Le dijo adiós, ay lo veo más tarde así que me dormí tranquilo porque ella le había prometido y eso significaba que la iba a volver a ver.

Revisé el Whatsapp todo el día y nunca apareció En Línea.

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