Le sobo los pies cansados
resecos.
Carcañales inflamados
juanetes duros, uñas rojas,
el color picado,
los huesos osteoporosis y débiles.
"Ahí, ahí cabal me duele"
me dice,
calmada, bonita, mamá.
Qué bonita es esta ciudad:
qué calles,
cómo se mantienen
puedo estarme en esta banca viendo a la gente y abriendo las tapas
los muchachos bolos,
mamá, no están bolos.
Los guapos de traje y las parejas peleándose en la esquina
El carruaje de 2500 coronas la media hora
para ver el centro,
a ese que nunca nos subimos.
Mamá, muy caro.
La mujer embarazada
el bebé pequeño, rubio,
tan chulo,
como angelito o niño Jesús.
El Niño Jesus era blanco, como los de aquí.
El árbol es grande y alrededor, bancas.
Es hora de irnos a dormir, sillón frío y sábanas de color
"Se acabó la buena vida"
La buena vida es mamá en casa,
olor a Bengay, frijoles y
sus calzones colgados de la ducha
multicolores
como flores marchitándose en el sol
de la carretera
Praga-Budapest.
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