domingo, 2 de octubre de 2011

Bom Viagem

Llegando de tu casa a la mía vi la misma escena que vi afuera de la tuya: una familia bajando una maleta grande hacia un carro y dos personas con cara apagada y una con la cara en blanco, pero con colores que salían por los poros en forma de sudor aprisionado y luego desaparecían en una nube de humo. Esta vez yo no fui parte de la escena, esta vez yo no me despedí. Pero pensé: de esto está hecha la vida, de continuas despedidas y bienvenidas. Hoy te vas vos pero también se fueron dos monjas, se fueron sacerdotes, se fueron gays con sobrepeso, se fueron un montón de personas de las que nunca vamos a aprender los nombres y nunca vamos a conocer y nunca vamos a sentir los labios ni el calor de la piel cansada de empacar. Todos se van alguna vez, todos vuelven cuando pueden o quieren, cuando los llama lo mismo, lo viejo o lo nuevo. Si que te fueras fue especial fue solo porque yo formaba parte de la historia; por lo demás fue una ordinaria experiencia más de este mundo que nos hace acostumbrarnos a travesías ridículas, a viajes en el aire, a alejarnos, a nunca sentirnos cómodos. Vos vas a regresar, y con vos van a regresar un montón de personas en una mezcla de maletas gigantes, de llaveros baratos o de años separados. Otra vez, verte y abrazarte va a ser especial solo porque tu regreso me involucra a mí; pero no puedo dejar de imaginarme a un extraño viéndonos, sin saber lo que eso significa, este abrazo y esa conversación.

Aprecio por fin lo único y excitante de estas experiencias que son de nosotros, que no son de nadie más, que aunque solo sean una repetición de una fórmula que aleatoriamente se reparte en aeropuertos y estaciones de buses en todo el mundo, son completamente específicas, completamente especiales en lo ordinarias, recurrentes, como una canción que volvés a escuchar una vez y otra y otra vez y sigue teniendo el mismo efecto. Aunque millones de otras personas la estén escuchando, aunque millones de personas se estén despidiendo al mismo tiempo, con la misma mezcla de profunda tristeza y callada alegría que vos.

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