viernes, 21 de octubre de 2011

Axila

No recuerdo mucho de mi pubertad. No recuerdo mi primer vello púbico o cuando mi barba comenzó a manifestarse. No recuerdo mi primera masturbación ni eyaculación, pero si que recuerdo las siguientes (digamos que se convirtió en una adicción que me llevó masturbarme varias veces al día, en todos los lugares posibles de mi casa, aprovechando cada ausencia de mi familia. Era como tener sexo en publico, con el peligro de ser atrapado completamente latente y emocionandome aun mas).

Bueno. Pero algo que si recuerdo es cuando empece a oler debajo de mis brazos. Desde ese lugar al que no le encontramos palabra mas bonita que axila. Quizás tiene palabra tan fea porque a la mayoría de la gente le da asco, o precisamente la consideramos fea pues nos recuerda a lo "horrible" del sobaco.

Pero al Miguel de once años no le parecia nada horrible. El Miguel de once años olia el mal olor de sus axilas con amor y Atencion. Le (me) fascinaba la textura olfativa, lo acido y putrefacto. Me sorprendía la capacidad de mi cuerpo de producir semejante hedor. Recuerdo especialmente una vez que ensayaba con mi clase de sexto grado un baile para e l día de la madre, o el día del padre o el día del niño, pero eso que importa. Lo importante es mi adicción a levantar mi brazo y oler mi axila sudada. Aprovechando los movimientos de la coreografía accedía a ese inquietante, terrorífico olor.

Me acorde de esto en un avión, recientemente. Después de un día de volar y escalas, yo simplemente apestaba. Pero esta vez no me gusto tanto. Esta vez me molestaba y me aturdía la idea de la gente a mi alrededor dándose cuenta y viendome extraño.

Y pienso: he perdido algo. ¿Por que no puede seguir gustándome el olor? ¿Por que ahora me preocupa?

Había algo bonito en aquella mi hermosa fascinación hasta con mis defectos. Ahora parece que me veo al espejo y lo único que veo es una gran, peluda, apestosa y puberta axila.

¿Y que mas da? ¿No merece una axila amor?

Quiero regresar a ese ensayo de baile otra vez y quererme, quererme con todo y mal olores.

A veces siento que lo necesito tanto.

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