Soy
perseguido por una plaza, por una iglesia. Que caminamos juntos, que hace
calor; que este párrafo contiene la historia de mi vida. Recuerdo edificios y
la sonrisa de tu mamá, caminando de la mano con una pequeña niña muerta.
Recuerdo los ataúdes en las tiendas y en los funerales, la comida en la ventana
que me miraba con cara de burla, con océano sin mar. No hay playa para llegar aquí,
a esta ciudad; solo encontrás riscos y un abismo. Vamos juntos y amanece, me
persigue la montaña; la veo y desde aquí se mantiene alta, soleada, brillante,
cara de asno, infinita y feroz.
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