domingo, 24 de febrero de 2013

Que si te cuento que estoy cansado me vas a decir que no, que no lo parece; que corro tanto y trabajo y hago cosas y bebo cerveza y abrazo a gente. Si te digo que estoy cansado y aburrido me vas a decir que no, que estoy joven, que tengo mis dos piernas y puedo bailar y comprar sillas de hombres guapos y abrazarme al clóset lleno de camisetas. Si te digo que tengo mala suerte me vas a decir que no, que tengo trabajo y voy todos los días y me río y hago cosas que hacen reír o dan risa o lástima y tengo familia y ropa interior limpia para usar sin repetir. Si te digo que estoy preocupado y ansioso vas a invalidar mis razones y a decir que no vale la pena enojarse por las cosas si mis fotos son tan bonitas y deberías hacer postales y a la gente le gusta a tanta gente le gustan.

Si te digo que me quiero ir no me vas a creer y vas a cerrar los ojos y plantarme en mi casa mientras yo veo un mapa y digo: adónde me puedo ir a sentar y ver al cielo y quejarme del calor y quejarme de todo, de nuevo, porque eso hago, porque para eso soy bueno.

Si te digo que mi vida me desespera vas a llamarme insensato y absurdo y desagradecido. Nunca me vas a creer si te digo que estoy listo para irme y no me molestaría nada.

Por eso mejor no te lo digo. Por eso mejor me lo guardo en las bolsas de mi pantalón y saco un billete de $20 y me compro unas nueces con sal.

(Electrolite)

2 comentarios:

  1. Como a menudo me pasaba cuando escribías en un Raro Dúo... me has hecho llorar "para dentro", es decir, entender y sentir eso que decis en tu texto, con ganas de llorar, pero sin derramar una sola lágrima.

    Gracias por poner en letras lo que algunos sentimos.

    ResponderEliminar
  2. a todos nos dan ganas de huir...de nosotros mismos a veces..

    ResponderEliminar

Deje su opinión aquí, sea buena o mala, pues.