Como las abejas, que mueren después de picar, se arrancan el abdomen, perdiendo toda la sangre, los nervios, líquido, dejándolo caer, y se mueren, se mueren. Imagino su vuelo lento y el dolor. Y se dan cuenta: me voy a morir. Y empieza la abeja a pensar en sus hijos y en su familia y el aire de su infancia y los besos de su mujer de sus amigas de las veces en la playa y en el panal y en la casa y en la miel y lo dulce y lo amargo y el polen y va perdiendo la respiración y los ojos se le van cerrando las alas cansando y de repente, se apaga todo, se apaga todo
y él se rasca y dice
a la gran puta
y la abeja cae muerta, sin llorar.
Como las abejas.
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