jueves, 14 de abril de 2011

Ya se quién sos:

Ya se cómo te llamás y las cosas qué pensás, lo que pasa por tu mente y el miedo que tenés. Conozco los problemas de tu cabeza porque yo los tuve, conozco las limitaciones en tu cuerpo y cómo te tiembla el alma después de cada orgasmo. Entiendo que al verlos desnudos te excitás y asustás al mismo tiempo, entiendo que luego te den ganas de bañarte con agua muy caliente, que te queme la piel y te haga olvidar y te destruya las células que se atrevieron a pecar. Conozco muy bien las palabras que decís y las oraciones que murmurás a dios. Conozco las excusas que das y la forma en que peleás constantemente con tus instintos y tu naturaleza y la forma en la que sus besos te asustan. Se tus problemas, porque conozco a muchos que los tienen, a familia, a padres de familia y personas que no saben muy bien quiénes son. Entiendo tu miedo pero no lo logro tolerar, por más que intente: me parece que estás tan atrás y tan equivocado. Todo lo que querés hacer lo ocultás y lo sumergís en arenas movedizas, pero te van a hundir, te van a asfixiar. Construís una tortura bonita para toda tu vida y la vivís peleando, quejándote cuando vos sos el único que la está infligiendo. Soltá el látigo. Podés hacerlo. Lo tenés en la mano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deje su opinión aquí, sea buena o mala, pues.